Presentación
El Índice de Precios al Consumidor es un indicador que mide los cambios de precios producidos en un grupo determinado de bienes y servicios que representan el consumo de la población. Para calcularlo se observan los precios de ese grupo de bienes y servicios en el momento de comenzar el estudio. Los precios de ese período son considerados como "la base" del índice. A partir de allí se realiza el seguimiento diario de los precios de esos productos durante cada mes. De esa observación y de la comparación de los últimos precios registrados con los precios de base se obtiene el Índice de Precios al Consumidor. A continuación se presentan los resultados por mes:
El IPC y mi canasta de consumo mensual.
¿Qué es el IPC?
Es una medida estándar de la evolución promedio de los precios de un conjunto de bienes y servicios representativos del gasto de consumo de los hogares residentes en un área determinada.
¿Qué mide el IPC?
El IPC es uno de los indicadores mensuales más observados del desempeño económico en las economías modernas. Es una medida estándar de la evolución promedio de los precios de un conjunto de bienes y servicios representativos del gasto de consumo de los hogares residentes en un área determinada.
¿Cómo define el INDEC la canasta del IPC para que estén representados todos los hogares? A partir de una encuesta que indaga sobre los consumos de miles de hogares seleccionados mediante métodos estadísticos, sabemos cuáles son los artículos más consumidos, cuánto, dónde y con qué frecuencia.
Dado que no hay dos personas que gasten su dinero de la misma manera, cada una tendrá experiencias diferentes cuando las compara con la medición del IPC. Veámoslo en algunos ejemplos.
La elección de los productos de la canasta de cada consumidor depende de muchos factores: de sus preferencias y sus gustos, de su entorno geográfico y social, de su nivel de ingresos, de su nivel de vida, así como de los precios de mercado.
Además, existen hogares unipersonales, de dos o más integrantes, de diversas edades y con sus particularidades que consumen bienes y servicios diferentes: aquellas familias cuyos miembros salen a trabajar tendrán mayores gastos en transporte y en comidas preparadas fuera del hogar; otras gastarán una parte en alquiler -poco más de un tercio de la población alquila una vivienda- y algunas destinarán gastos a prepagas.
Los consumos de los hogares tampoco son los mismos a lo largo del año. En julio gastamos más en bienes y servicios para calefaccionar la vivienda; en época de vacaciones, en recreación o viajes; y en marzo destinamos más dinero a la educación, si tenemos hijos en edad escolar.
Finalmente, el impacto de las variaciones de precios no es igual en cada región. Por ejemplo, si hubiera un aumento en el boleto de subte, se registrará en el índice del transporte de la región en la cual funciona la red de subterráneos, pero no lo afectará en las regiones que no tienen usuarios de ese servicio.
¿Cómo define el INDEC la canasta del IPC para que estén representados todos los hogares? A partir de una encuesta que indaga sobre los consumos de miles de hogares seleccionados mediante métodos estadísticos, sabemos cuáles son los artículos más consumidos, cuánto, dónde y con qué frecuencia.
Dado que no hay dos personas que gasten su dinero de la misma manera, cada una tendrá experiencias diferentes cuando las compara con la medición del IPC. Veámoslo en algunos ejemplos.
La elección de los productos de la canasta de cada consumidor depende de muchos factores: de sus preferencias y sus gustos, de su entorno geográfico y social, de su nivel de ingresos, de su nivel de vida, así como de los precios de mercado.
Además, existen hogares unipersonales, de dos o más integrantes, de diversas edades y con sus particularidades que consumen bienes y servicios diferentes: aquellas familias cuyos miembros salen a trabajar tendrán mayores gastos en transporte y en comidas preparadas fuera del hogar; otras gastarán una parte en alquiler -poco más de un tercio de la población alquila una vivienda- y algunas destinarán gastos a prepagas.
Los consumos de los hogares tampoco son los mismos a lo largo del año. En julio gastamos más en bienes y servicios para calefaccionar la vivienda; en época de vacaciones, en recreación o viajes; y en marzo destinamos más dinero a la educación, si tenemos hijos en edad escolar.
Finalmente, el impacto de las variaciones de precios no es igual en cada región. Por ejemplo, si hubiera un aumento en el boleto de subte, se registrará en el índice del transporte de la región en la cual funciona la red de subterráneos, pero no lo afectará en las regiones que no tienen usuarios de ese servicio.
¿por qué el Índice de precios al consumidor no refleja los aumentos de precios de mis consumos?
Una pregunta se repite en voz alta con frecuencia: ¿por qué el Índice de precios al consumidor no refleja los aumentos de precios de mis consumos? Este interrogante que se reproduce en todo el mundo, en todos los idiomas, se ha vuelto un mantra en la Argentina y algunos sectores de la población tienen la sensación de que los datos sobre inflación se elaboran en una oficina de estadísticos sin ningún vínculo con la vida real.
Frecuentemente se utiliza al IPC como sinónimo de lo que cuesta vivir, pero sucede que las personas pueden variar sus consumos con el paso del tiempo. Por ejemplo, en un hogar que consume 3 kg de carne vacuna por mes podría variar la proporción de este alimento si lo reemplaza por carne de cerdo, según la evolución de los precios de cada uno. El término técnico costo de vida que se incorporó a nuestro lenguaje cotidiano contiene elementos subjetivos que surgen de la forma en la que el consumidor cambia su canasta personal de consumo para satisfacer sus necesidades y mantener un determinado nivel de bienestar.
Entonces, ¿por qué no se calcula el costo de vida? Porque no hay posibilidades prácticas de conocer en forma inmediata y permanente tres hechos que pueden producirse al mismo tiempo en los hogares argentinos:
1) los cambios en las cantidades consumidas;
2) los cambios de los precios de los bienes consumidos;
3) los cambios en los gustos y posibilidades de los consumidores.
En cambio, el Índice de precios al consumidor mide únicamente los cambios de los precios de una canasta elaborada a partir de un conjunto de bienes y servicios que no varían en función de decisiones subjetivas. Esta canasta se construye con todos los consumos a lo largo del año y sería muy extraño que coincida con el de un hogar en particular. Por este motivo, en todo el mundo los institutos oficiales de estadística elaboran únicamente el IPC.
Frecuentemente se utiliza al IPC como sinónimo de lo que cuesta vivir, pero sucede que las personas pueden variar sus consumos con el paso del tiempo. Por ejemplo, en un hogar que consume 3 kg de carne vacuna por mes podría variar la proporción de este alimento si lo reemplaza por carne de cerdo, según la evolución de los precios de cada uno. El término técnico costo de vida que se incorporó a nuestro lenguaje cotidiano contiene elementos subjetivos que surgen de la forma en la que el consumidor cambia su canasta personal de consumo para satisfacer sus necesidades y mantener un determinado nivel de bienestar.
Entonces, ¿por qué no se calcula el costo de vida? Porque no hay posibilidades prácticas de conocer en forma inmediata y permanente tres hechos que pueden producirse al mismo tiempo en los hogares argentinos:
1) los cambios en las cantidades consumidas;
2) los cambios de los precios de los bienes consumidos;
3) los cambios en los gustos y posibilidades de los consumidores.
En cambio, el Índice de precios al consumidor mide únicamente los cambios de los precios de una canasta elaborada a partir de un conjunto de bienes y servicios que no varían en función de decisiones subjetivas. Esta canasta se construye con todos los consumos a lo largo del año y sería muy extraño que coincida con el de un hogar en particular. Por este motivo, en todo el mundo los institutos oficiales de estadística elaboran únicamente el IPC.
Infografías
15 febrero, 2023
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